Lucrecia, Morrie, Aliena, Mireille, Susie, Lolita, Juana, Sayuri, Ottavia, Daniel, Galcerán, Wesley, Ayla, Sam, el Principito, Diego Alatriste, Leola... he entrado en sus vidas y cuando pasaba la última página, algo dentro de mí se moría, aunque no podía evitar que llegara ese final, pues el ansia de saber me carcomía por dentro.... Son personajes de los que me llenan el alma y que al "enseñarme su vida" siento que algo termina uniéndome de algún extraño modo a ellos. Algo dentro de mí no quiere que termine el libro, pero la otra mitad no puede frenar esa necesidad por saber... Después, me siento vacía, me falta algo, no sé muy bien que hacer, ¿qué leo?... Tengo miedo de comenzar de nuevo, porque, con todos los libros que protagonizan la lista con la que comienzo este escrito, me pasa lo mismo: me dejan una sensación tan maravillosa en el cuerpo, que comenzar uno nuevo es tener el temor de que no será capaz de hacerme sentir como el anterior... aunque sé que seguiré encontrando obras maravillosas, que me arrastrarán a sus mundos y que harán que se me escapen las lágrimas ante la sola idea de que lleguen a su fin... Ahora miraré la estantería, buscaré alguno que intente llenar ese hueco que han dejado, pues ellos ya están a otra escala… en ese lugar donde guardo con cariño, mimo y esmero todas esas historias que me han llenado hasta ese punto. Esos libros que, al verlos por cualquier librería, tengo la irrefrenable necesidad de ir a acariciarlos y sonreír.
miércoles, 28 de marzo de 2007
LIBRE:texto libre
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