TEJIENDO SUEÑOS EN MADRID
23 de abril de 2007, 16:00 horas. Hasta las 2 de la mañana todos los personajes de la literatura, desde el Cid hasta Lolita, se encuentran de fiesta. Es su día: la noche de los libros llega a Madrid por segundo año consecutivo.
Realmente no parecía tratarse del mismo lugar que el día anterior pues algo diferente había en el aire: la música fluía mientras uno se acercaba al centro… aunque esto no era lo más extraño: como si fueran parte de los propios árboles se encontraban libros suspendidos en el aire, puestos a disposición de cualquiera que quisiese leerlos. Y es que, aunque como dice Antonio Gamoneda, “la poesía no puede cambiar la realidad” la realidad si puede llevarnos a la poesía y hacer que nos logremos sumergir en el maravilloso mundo de la palabra escrita.
En un día como hoy, podemos viajar a principios de siglo, y perdernos en alguno de aquellos cafés donde se realizaban tertulias y encontrarnos a nuevos autores como son Martín Casariego, Espido Freire, Carmen Posadas o Manuel Hidalgo entre otros, debatiendo igual que debatieron en su tiempo Leopoldo Alas, Pío Baroja o Benito Pérez Galdós.
Pero la palabra está presente de muchas maneras y formas, para poder demostrar que no hay barreras, se unen a la fiesta de las letras los institutos culturales, dando lugar a lecturas, conversaciones, encuentros… todo para acercarnos un poco más a otras lenguas.
En mi día de sueños, camino a conseguir uno propio y me adentro en el subsuelo para observar como llevan al diván a los personajes, y descubro con asombro que “no escoges las historias ni los personajes, que ellos te escogen a ti” y pienso en todas las historias leídas, en todos los personajes que he conocido, sabiendo que, como bien dice Icíar Bollaín, “te conviertes en ellos” cada vez que dejas que te arrastren a ese “ámbito de libertad maravillosa” que es la novela.
Y sin que pueda ser de otra forma, en este día también te ayudan a meterte en la piel del personaje, para que puedas expresarle con todos sus matices, tres talleres distintos se plantean por la ciudad: uno de escritura poética, otro de técnicas narrativas y un tercero de cuento y lectura, todo para conseguir adentrarnos un poco más a la magia de la palabra.
Paseando nos damos cuenta de que los libros casi pueden bailar, en sus “casas adoptivas” pues hay champán y música suave, lo que consigue ensalzar más aún el momento de hallar el libro tan buscado.
Recorriendo la puerta del Sol, entre las inmensas marismas de libros que han salido a inundar las calles, la música vuelve a embriagar mis sentidos, nos dejamos arrastrar una vez más, y el grupo Al Berkowitz Band nos conduce con su sonido a
Y en los sonidos de la ciudad, casi en un susurro podría oírse, como se lee “el quijote” en el Círculo de Bellas Artes, lugar donde se somete, un par de plantas más abajo, a una curiosa entrevista al recién galardonado premio Cervantes: Antonio Gamoneda responde a las preguntas que el público le va lanzando, curiosamente nos regala una enseñanza que también predica Rosa Montero avisándonos que un escritor maduro “escribe sobre lo que no sabe que sabe”.
A las 2 de la mañana, las últimas bibliotecas apagan sus luces dejando a Madrid sumido profundamente en el mar de sueños que durante este día ha podido vivir, porque, como esta tarde nos enseñó Rosa Montero “las novelas son los sueños de la humanidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario